La norma del ayuno obliga a partir de los 18 años y cesa a partir de los 59 años cumplidos. La de la abstinencia de carne obliga indefinidamente a partir de los 14 años de edad. Ambas normas pueden dispensarse por motivos proporcionados, pero de por sí obligan en conciencia a todos los católicos.
Ojalá supongan para todos nosotros este año una auténtica renovación de la fe y de la alegría de pertenecer al Cristo.